Después de
conseguir el reto de llegar hasta el monasterio de San Pedro Cardeña (por
Castañares y Castrillo del Val), los chicos quisieron ir hasta Modúbar de la Emparedada por el
camino de los caballos.
Nos apuntamos 4
valientes: Jesús, que se había portado como un campeón el día del monasterio y
que aun tenía el cuerpo con dolores, Àlex y Miguel, que no han parado de dar
pedales durante estas vacaciones, y yo mismo.
Quedamos para
salir a las 9’30h. en la plaza de los Alfareros. Una vez reunido el grupo tomamos
la vía verde Santander-Mediterráneo, para girar en el desvío que hay hacia la
derecha justo debajo del puente de la autopista AP-1. Este camino es el que
denominamos camino de los caballos porqué en él se encuentra una hípica.
La mañana resultó
fría pero soleada. Este primer tramo del camino de los caballos lo fuimos
haciendo sin prisa y disfrutando del camino. Una vez superada la subida,
tuvimos que ir sorteando todos los charcos, la mayoría de ellos helados. En los
más grandes nos detuvimos para que los niños, y los que no son tan niños,
tirasen piedras al hielo o romperlo con las ruedas de las btt. A medida que
avanzábamos, nos íbamos encontrando con más barro en el camino, ya que el hielo
se iba deshaciendo.
Subimos la última
rampa del camino hacia Modúbar para desviarnos hacia un sendero que nos iba a
llevar a la vía verde ya pasado el túnel. Aprovechamos la bajada para sacar
unas fotillos. Ya juntos los cuatro, Jesús decidió esperarnos en este punto,
para que el resto siguiera hasta Modúbar. Teníamos que hacerle un encargo a
Teíto: cogerle una escarola del huerto. No seguimos por la vía verde, sino que
bajamos por el camino que baja directo hasta el pueblo. Hubo una de las bajadas
en la que grabé a los chicos. Siempre les gusta verse cómo lo hacen. Da gusto
verles encima de la bici.
Ya en el llano
llegamos hasta el Huerto de Teíto, donde cumplimos con el encargo. Nos fue
difícil coger la mejor escarola. No había la mejor, estaban todas chuchurrías,
pero cogimos una, y a la mochila.
El regreso a Burgos
lo hicimos dando pedales por la vía verde. El tramo de Modúbar de la Emparedada hasta el
túnel, donde nos esperaba Jesús, lo hicimos rapidísimo. Los chicos daban
pedales con una cadencia buenísima. Nos encontramos una curiosidad en el
camino, y es que habían colgado una cruz debajo del puente de la carretera.
Una vez los
cuatro juntos, cruzamos el túnel de 800 m. a oscuras. Ya lo he comentado en otras
ocasiones, pero la sensación de dar pedales casi a oscuras es alucinante.
Podemos decir, literalmente, que hemos visto el final del túnel. Una vez fuera
de él, es todo bajada, donde haremos nuestra tradicional paradita en la antigua
estación de Cardeñadijo. De aquí, ya fuimos directos y a buen ritmo hasta la
plaza de los Alfareros donde nos despedimos. Nos dio pena la despedida, ya que
hasta el verano los Superpipas Team no nos volveremos a reunir, bueno sí, a
reunir nos reuniremos en Barcelona en mayo para la comunión de Àlex, pero
encima de una btt no será posible hasta agosto.
Pero antes de ir
a casa, Àlex y yo nos subimos hasta el Hipercor para dar un manguerazo a
presión a las bicicletas llenas de barro y dejarlas limpias y preparadas para
la siguiente aventura.
Ola amigo, noto cosillas nuevas en el blog,marcador de entradas,letra muy facil para la lectura,colocacion de fotos, vas trabajando con ellas y los parrafos,intenta darle un poco de color a los comentarios para romper un poco la linea de seriedad y si puedes monta en el margen el tema de seguidores del blog, atentamente un saludo, nos vemos.
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