Llegó el martes 26 de agosto. En este día
salimos Àlex, Dani y yo. Queríamos que Dani conociese algunos de los caminos
que días atrás, con Àlex, ya habíamos pisado. Para ello empezamos desde la
plaza de los Alfareros para ir a buscar la Vía
Verde Santander-Mediterráneo. Sólo pedaleamos un tramo de Vía Verde, ya que al llegar al puente de la autopista nos desviamos para
subir por el camino de los caballos.
Dani subiendo el camino de los caballos
Una vez arriba, fuimos a buscar el camino
de Modúbar, y al llegar a la zona de la granja, los chicos divisaron un corzo,
el cual vimos huir cruzando todo un campo de trigo ya segado. Seguimos la
dirección del animal, no por seguirlo, sino porque el camino se dirigía hacia
la misma dirección.
Àlex y Dani antes de bajar hacia Sarracín
Antes de descender hacia Sarracín, nos
hicimos unas fotos en lo alto del camino. Como ya os conté en una crónica
anterior, el primer tramo de este descenso se encuentra en muy mal estado, por
todos los escombros de obras que se encuentran alisando el camino. Las
bicicletas se vuelven inestables, y sabes que si te vas al suelo te puedes
clavar cualquier cosa. El resto de la bajada está en perfectas condiciones, y
es donde los chicos pudieron coger algo de velocidad. Al final del camino se
tiene que circular un tramo por carretera para cruzar el pueblo de Saldaña y
seguir hasta Sarracín.
Iglesia de Sarracín
Àlex tenía bien presente el susto, que
días atrás, unos perros nos habían dado. Evidentemente nos desviamos de camino,
haciendo algunos kilómetros por los caminos de la zona. Uno de los caminos que
tomamos no tenía continuación, y no nos quedó más remedio que cruzar un campo
de trigo ya segado. Tanto a Dani como a Àlex les gustó la idea de cruzarlo, y
más sabiendo que todo era bajada y que lo único en lo que tenían que pensar era
en mantener en equilibrio la btt.
Pasado este tramo, cruzamos la carretera
de Soria por el Palacio de Saldañuela, para tomar un caminito que nos condujo a
la parte trasera de la fábrica de piensos de Cojóbar. Llegados a este punto,
fuimos a buscar la Vía Verde
para regresar a casa.
Panel informativo de Modúbar de la Emparedada
Pero la ruta aun nos iba de deparar una sorpresa más. En
la subida hacia el túnel de Modúbar de la Emparedada, Àlex casi atropella a un corzo que
cruzaba en ese momento, o dicho de otra manera, el corzo casi se lleva por
delante a Àlex. Nos paramos para ver a donde se dirigía el animal, hasta que lo
perdimos de vista. Después de la anécdota, seguimos tranquilamente hasta llegar
a casa, con la pena de pensar que sólo nos quedaban dos días para disfrutar de
la btt y de los alrededores de Burgos.
Llegando al túnel (800m.) de la Vía Verde Santander-Mediterráneo