En un jueves soleado, pero algo fresco para ser agosto, nos propusimos hacer la ruta del Arlanzón, río arriba. Salimos todos los chicos y yo. Mario se animó a venir por primera vez este verano. Lo siento Mario pero he de dejar constancia que tal y como viniste no son maneras de montar en btt (con bermudas, sandalias, camiseta y sin casco).
Dicho lo dicho, salimos los 6 camino a Fuentes Blancas. Y es de estos paseos que das en bici por la ciudad, que cuantas más veces pasas más te gusta todo lo que ves. Al pasar por el MEH nos detuvimos para hacernos unas fotos. Habían puesto una fotografía a tamaño natural de la selección española de baloncesto sin la cara de los jugadores. Cada uno de nosotros pusimos la cara en el agujero del jugador que quiso, y clic, foto hecha.
Con mis 5 maquinitas de dar pedales, nos plantamos al final de Fuentes Blancas para ir a buscar el puente de madera que atraviesa el río Arlanzón. Una vez cruzado el río, era cuestión de seguir la senda que va paralela al río. En seguida nos dimos cuenta que los caminos estarían húmedos y resbaladizos. Es difícil que el sol pueda atravesar las choperas por donde íbamos. Los chicos se lo pasaban en grande por los caminillos estrechos por donde pedaleábamos. Pero de pronto la cosa se nos complicó en San Medel, ya que el camino se estrechó por culpa de una valla que separaba el camino de las casas y por la vegetación abundante que había. En alguna ocasión nos tuvimos que bajar de la bici y hacer algunos pasos con ella en la mano. En un tramo de éstos, Andrea puso culo al suelo, sin más importancia.
Hubo un punto en que el camino pasaba elevado justo al lado del río, sin protección. Fue emocionante para los niños. Riesgo controlado (no sufráis papis y mamis de las criaturas, que mejor no os los puedo cuidar). Hicimos una parada para tirar algunas piedras al río y seguimos adelante hasta llegar a un puente de cemento que cruzaba el río de nuevo. Tomamos el camino y llegó un punto en que éste desaparecía. Nos dimos media vuelta hasta el puente. Nos habíamos quedado entre San Medel y Millán de Juarros.
Decidí, viendo que era la hora de no seguir más adelante, dar media vuelta y volver a Burgos. Les evité volver por la senda estrecha y fuimos por la zona urbanizada de San Medel, para ir a coger el mismo camino de vuelta. Antes de seguir, nos detuvimos en San Medel a llenar alguna bidón de agua y a hechar alguna meadilla (acordaos que tengo la prueba de la meada de dos, así que a comportarse o ...).
Lo que si que hicimos, fue coger en Fuentes Blancas un camino por donde no recordaba haber pasado nunca. A los chicos tampoco les sonaba. Y sin dejar de dar pedales nos plantamos donde habíamos tomado la salida (29'500 km), para despedirnos ya hasta el día siguiente, donde nos esperaría una nueva aventura que ya os contaré a no muy tardar.