El día amaneció fresco en Burgos. A
los que somos mediterráneos, esto de pasar frío en pleno verano, siempre nos
llama la atención, no estamos acostumbrados. Aun así, nos pusimos en marcha Àlex
y yo a las 9 de la mañana, dirigiéndonos a la Vía Verde Santander-Mediterráneo,
hasta el camino de los caballos, el que sube hacia la hípica, justo por debajo
del puente de la autopista. Una vez arriba, seguimos por el camino de Modúbar,
desviándonos con la intención de buscar un camino que nos llevase hasta
Saldaña.
Preparados para bajar hacia Saldaña |
Era una zona que desconocíamos. Justo antes de
emprender la bajada, vimos un corzo delante nuestro, que al darse cuenta de nuestra presencia, comenzó su
huída por un campo de trigo ya segado, por lo cual pudimos disfrutar de él un buen
rato. Después de observar el mundo animal en estado salvaje, desde lo alto,
contemplamos la vista que había. Decidimos bajar. Por algunos tramos fue odioso transitar, ya que el camino estaba cubierto de
escombros de obras, y sabíamos que una caída sería dolorosa. Cuando el camino
se convirtió en normal, empezamos a coger velocidad en el descenso. Al
finalizarlo tuvimos que buscar el camino que nos llevaría a cruzar el pueblo de
Saldaña.
De camino a Saldaña |
Pasado ya Saldaña, y por la carretera, hicimos la rotonda
de la carretera de Soria para desviarnos hacia Sarracín, con la intención de ir
a buscar un camino que nos llevase hasta Humienta. Nos equivocamos de camino y
en vez de ir hacia la derecha, cogimos el camino de la izquierda. Hacía un poco
de bajada, y pasaba por delante de algunas casas. Al pasar por delante de
una de ellas, un par de perrazos nos empezaron a perseguir, notando su
aliento en las piernas. Supongo que me salió el instinto paternal y me puse a
dar pedales entre los perros y Àlex, diciéndole que mirase hacia delante y que
fuese tranquilo que se cansarían antes los perros que nosotros. Finalmente los
animales pararon y dejaron de perseguirnos, pero debo decir que el susto nos duró un rato.
Humienta |
Tras el mal trago, seguimos el camino que fue a morir a la carretera de
Soria, lo que nos obligó a circular por ella hasta el siguiente camino que
nacía de ella. La elección del camino fue la correcta por dos motivos: iba hacia donde
nosotros queríamos y el paisaje era de gran belleza, ya que rodeaba un bosque de encinas.
Pasamos por el pueblo de Humienta y por una urbanización, que no era
precisamente de gente pobre.
¿Dónde está el gato? |
Era la hora de regreso, y para ello fuimos a buscar el
camino que va a parar a Revillarruz, pueblo natal de mi suegro. La casualidad
hizo que en el descenso nos encontrásemos con sus sobrinos. Nos detuvimos en
una de sus naves y Àlex aprovechó para jugar con unas crías de gato. Una vez
nos despedimos, bajamos hasta Revillarruz, sin llegar al centro del pueblo
porque queríamos ir para Olmosalbos. De allí fuimos a parar a Cojóbar, para ya
como hemos hecho otras muchas veces, coger la Vía Verde que nos conduciría
hasta Burgos.
Revillrruz |
Olmosalbos |
La ruta fue bonita, no sólo por los sitios por donde pasamos, sino también por el hecho de ir conociendo nuevos caminos y nuevos parajes
cercanos a la ciudad de Burgos.
FECHA: 21/8/2014
Olmosalbos |
DISTANCIA: 34'39 km.
DIFICULTAD: FÁCIL
ÍNDICE IBP: 27 BYC
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