Un sábado de agosto significa para nosotros un día familiar en el pueblo. Por
eso la ruta no podía ser muy larga. Empezamos a dar pedales en la plaza de los
Alfareros para ir a buscar la Vía Verde Santander-Mediterráneo y no dejarla
hasta el sendero que hay antes del túnel de Modúbar. Este sendero que va justo
por encima de lo que sería el túnel es una maravilla, tanto si se hace de
subida, como hicimos nosotros en esta ocasión, como si se hace de bajada.
En la zona de arriba del túnel pasamos por el depósito de Modúbar y bajamos
rápido la pista que va a morir a la carretera. Un pequeño tramo de asfalto y
volvimos a tomar tierra pasando por debajo del monte de San Vicente, camino que
nos llevaría directamente a Modúbar de la Cuesta.
Llegados al segundo Modúbar tocaba ir a buscar el tercero. Para ello
pusimos un ritmo más elevado, y en un momento nos plantamos en Modúbar de San
Cibrián. Queríamos ir a buscar unos caminos que fuesen por la zona de los
molinos, pero no cogimos el correcto y fuimos a parar de nuevo a Modúbar de la
Cuesta. Viendo que no conseguimos llegar a los molinos deseados, nos dirigimos
a buscar otros. Para ello tuvimos que subir una rampa, que en su tramo final pusimos pie a tierra. La escusa fue que la rueda de atrás resbalaba.
La realidad fue que las patas nos daban para más.
Una vez en el parque eólico, recorrimos la zona por sus pistas y decidimos
bajar a Modúbar de la Emparedada por el camino que nos llevaría al campo de
fútbol del pueblo. El camino de bajada lo realizamos bastante rápido.
Cruzamos todo el pueblo y dejamos la carretera para girar por el camino de
Isilla para así buscar la pista que sube hasta el túnel de la Vía Verde. Del
túnel a Burgos fue un paseo que lo hicimos en su tramo final como si nos fuese
la vida.
Ruta bonita y corta que en otra ocasión tendremos que volver a hacer para
ver si encontramos los caminos que esta vez no pudimos hacer.
FECHA: 25/8/2018
DISTANCIA GPS: 36'05 km.
DIFICULTAD: FÁCIL
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