Ha llegado la
última salida superpipera del verano. 31 de agosto y para algunos quiere decir
dejar la querida Burgos para estar en la gran Barcelona. Las vacaciones
se acaban y el trabajo nos espera.
Iglesia de Modúbar de la Cuesta |
Tomamos la vía
verde Santander-Mediterráneo hasta llegar al cruce con el camino de los
caballos, es decir el camino que hay situado a la derecha, justo debajo del
puente de la autopista. Para Dani y Àlex la salida iba a suponer ver cómo
estaban de fuerzas y saber si tramos que habían puesto pie a tierra, los iban a
superar.
La primera subida
del camino a los caballos la superaron bien. Quedaba la segunda subida, que nos
llevaba a coger el camino de Modúbar de la Emparedada. Prueba,
también superada. Dando pedales cerca de los pinares, y con el día feo que
hacía, teníamos la esperanza de ver algún corzo. Yo me había encontrado con un
par días atrás. No tuvimos suerte.
Una vez entramos
en el camino de Modúbar, los chicos pedalean con ritmo, y van hablando de sus
cosas. Es el momento en que desconecto para sentir la simbiosis entre mi
cuerpo, la bicicleta y la naturaleza. ¡Toma frase que os he colado! Quiere
decir que me sentía fenomenal encima de la btt. Siempre queda mejor decir que
un animal es endémico, a que sólo se le puede encontrar en una zona muy
particular. Si alguien no se entera de lo que os estoy diciendo, es normal, va
con segundas.
Poco a poco nos
acercábamos a la subida del tractor. Dani, que era el único que todavía no
había podido con ella, pudo. Àlex y yo casi nos quedamos sin voz animándole
para conseguir una hazaña más. Una vez en lo alto, teníamos que ir a buscar la
trialera (en castellano no se si está muy bien dicho. Camino estrecho, con
surcos hechos por el agua o el paso de vehículos). Es una pasada, y me cansaré
de repetirlo, ver como los chicos se sienten más seguros encima de sus BTT.
Bajaron con precaución sin poner en ningún momento el pie a tierra. La
trialera, desemboca en la vía verde, después del túnel de Modúbar. No seguimos
por la vía verde, sino que tomamos un camino que nos iba a llevar directamente
a Modúbar de la Emparedada. El
descenso hasta el pueblo se hizo rápido, pero con control. Al llegar a las
primeras casas giramos hacia la izquierda para ir a buscar el camino de San
Olav.
Dejamos el primer
Modúbar a nuestras espaldas, para seguir dirección a Modúbar de la Cuesta. Como ya os conté, ver
los molinos eólicos es impresionante. Tampoco nos da tiempo de mirarlos
detenidamente porque los chavales no
dejan de dar pedales. Ya tras los sube y baja del camino, nos plantamos en el
segundo Modúbar. Nos tomamos un respiro, haciendo fotografías y bebiendo un
poco de agua. Hablamos con una vecina, que nos dijo que tela el tute que se
iban a pegar Àlex y Dani. Nos despedimos de la señora y su bebé, y tomamos
rumbo a Modúbar de San Cibrián.
El camino que tomamos no lo conocíamos ninguno de los tres. Nos adelantaron un par de ciclistas animando a los chicos. Desde aquí quiero agradecer todos los comentarios, de ciclistas y caminantes, que han podido hacer a los jóvenes superpiperos. Yo se que les gusta oír esas palabras y mensajes de ánimo; les motiva a seguir.
Empezaros los
primeros síntomas de fatiga en Dani y de desámino en Àlex. Cuando aparece esa
tan célebre frase que utilizan los niños de: “y, ¿Cuándo llegamos? ¿Falta
mucho?, se tiene que valorar qué está pasando. Y lo que pasaba es que no
estaban acostumbrados a pedalear con frío y con viento, y sin saber el final
del camino.
Modúbar de San Cebrián |
De Modúbar de San Cibrián pedaleamos hasta llegar a Modúbar de la Cuesta. A Dani, pobre, le pesaba todo. Pero dándole ánimos iba tirando. Nos cruzamos con la señora de la mañana, y nos saludó. En vez de coger el camino por el que habíamos ya transitado, fuimos por el paralelo hasta volver a Modúbar de la Emparedada y cambiar de sendero. La vía verde, de subida hacia el túnel, no era la misma que días anteriores. Había perdido todo el color del verano. El frío, el cielo cubierto amenazando lluvia, hacía que la senda pareciese coloreada de blanco y negro. Lo que os acabo de decir es una cursilada, pero ahí que se queda.
Una vez cruzamos
el túnel de Modúbar, empezó a chispear. Les comenté a los chicos que lo
teníamos que darlo todo en la bajada a Burgos, que no nos podía enganchar la
lluvia. Y así fue. Dando pedales a buen ritmo, nos plantamos en la ciudad, con
la pena para algunos de que ya no volveríamos a subir en bici hasta las
siguientes vacaciones. Pero las siguientes vacaciones son en Navidad, es decir,
que los Superpipas Team nos volveremos a juntar en diciembre para que, quien
quiera, volver a dar pedales encima de nuestras btt.
FECHA: 31/8/2012
DISTANCIA: 31'22 km.
DIFICULTAD: FÁCIL
ÍNDICE IBP: 20 BYC
FECHA: 31/8/2012
DISTANCIA: 31'22 km.
DIFICULTAD: FÁCIL
ÍNDICE IBP: 20 BYC
RUTA BURGOS-LOS 3 MODÚBARES-BURGOS POR EL CAMINO DE LOS CABALLOS |