NUEVO MIEMBRO EN EL EQUIPO

Nuevo día y con las mismas ilusiones que el primero que salimos todos juntos. Bueno, quizás con alguna ilusión más, por tener un miembro más hoy. Andrés se nos añade a los Superpipas Team. Ya os lo presenté cuando hablamos de la familia de los Superpipas. ¿Qué os puedo aportar de Andrés que no sepáis?  Dijo que vendría y aquí lo tenemos, vestidito como si fuera a jugar un partido de pádel, ¡qué elegancia para dar pedales! ¡Cómo se nota la finura  familiar! 
En fin, que salimos todos juntos desde la plaza de los alfareros con dirección la vía verde. La ruta que haremos es la misma que la del día anterior. Les gustó tanto a los niños que la volveremos a repetir para que opine Andrés de ella.

Como otros días, la primera parada es la estación de tren de Cardeñadijo. A partir de aquí el grupo se rompe. Por delante va Andrea, Àlex, Mario y Miguel, y por detrás nos quedamos Andrés, Dani y yo, para agruparnos en el camino que queda a la izquierda, antes de llegar al túnel de Modúbar.

La primera rampa dura para los chicos llega, y cada uno la supera como puede. Unos dando pedales y otros empujando la bicicleta. Como curiosidad deciros que en este tramo del camino, la primera vez que lo hice, me crucé con un zorro.

Al llegar al final del camino, viene la bajada que nos conducirá a la carretera, justo donde está el puente que cruza la vía verde. El descenso lo hacemos rápido pero con prudencia, no queremos ver a nadie rodar por el suelo. Una vez abajo, toca pisar un poco de asfalto, y en fila de a uno llegamos hasta el bello pueblo de Modúbar de la Emparedada. Toca paradita breve.

Nos ponemos en camino, para que la vía verde nos conduzca hasta casa. El paseo por esta antigua vía férrea es placentero, y más si vas con niños. Cuando llegamos al túnel nos preparamos para cruzarlo. ¡Qué gozada pasar por él! El cambio de temperatura con el exterior es considerable y el cuerpo caliente agradece un poco de frescor.

Una vez al otro lado, viene el descenso suave hasta Burgos. Nos paramos de nuevo en la estación de Cardeñadijo, para ya no hacerlo más hasta llegar a casa.

Pues bien, nos tuvimos que volver a parar. Ya sabemos cómo son los chicos, que si ahora voy yo delante tuyo, que si ahora no me puedes adelantar, que si ahora... leche al canto. Tortazo de Miguel y Dani. Afortunadamente, el enganchón que les hizo ir al suelo, sólo quedó  en unas rascadas para ambos y en una buena lección de que para ir seguros encima de la btt, no podemos ir tan juntos ni picándonos unos con otros. Una vez limpias las heridas proseguimos la marcha hasta casa y ya pensando en el siguiente día.

Quiero agradecer a mi querido Andrés, que sacase alguna foto de la jornada, ya que ese día no había cogido la cámara. Y la pena es que no sale en ninguna foto. ¡Gracias monstruo! (lo de monstruo es con todo el cariño del mundo).