Una de las salidas que realizamos estas pasadas vacaciones de Navidad fue por los senderos cercanos a Modúbar de la Emparedada. Sabiendo que no nos íbamos a encontrar con mucho barro valía la pena hacerlos.
Seguro que a todos nos pasa o nos ha pasado, al ver un charco helado, querer romperlo pisándolo o tirando piedras. Pues es lo que hicimos, romperlo pisando y coger un trozo para ver el grosor.
La ruta fue magnífica, en el sentido de que ves cómo de diferente es pasar en una temporada u otra del año. Todas tienen su encanto y el frío la hace más especial.
Una de las mejores maneras de empezar el año es practicando el deporte que a uno le gusta. Aunque el ciclismo sea un deporte individual, siempre se pasa mejor si se lleva buena compañía. En esta ocasión tocó disfrutar de la btt en solitario.
Llegada del circuito de btt del Castillo de Burgos
Una buena manera de quemar los excesos de fin de año es darte unas vueltas por el circuito de btt del Castillo de Burgos. Días atrás, el barrizal que había en el sendero de los Bodones, hizo pensar que también lo encontraría en el circuito. Y la grata sorpresa fue que casi estaba igual de seco que en pleno verano.
Así que tocó gozar un ratillo de los senderos del circuito.
Son muchas las veces que los Superpipas hemos pedaleado por los senderos de los Bodones, pero hacerlos a finales de año, no es lo mismo que hacerlos en pleno verano.
El sábado 29 de diciembre me puse en marcha desde la plaza de los Alfareros (Burgos) y por el bulevar llegué a la Fuente del Prior, para seguir y pasar por Fuentes Blancas y continuar para llegar a San Medel.
Una vez cruzado el pueblo de San Medel, tocó cruzar la caretera para así circular por el Camino de Santiago hasta el cruce que nos sube hasta los senderos de los Bodones, justo antes de la zona militar.
En el primer tramo de la subida el gran protagonista fue el barro y lo continuó siendo durante toda la ascensión, teniendo que poner el pie a tierra en varias ocasiones. Pero una vez arriba los senderos estaban impresionantes, listos para gozarlos un buen rato.
Pedazo barrizal en la subida a los Bodones
Una vez hechos tocó bajar para volver a ir un tramo del Camino, ahora dirección Burgos, para volver a casa por el carril bici que transita paralelo al río Arlanzón.
Antes de llegar a casa tocó repasar un poco la bici para quitarle todos los restos de barro y desayunar en el bar Àvila donde simpre nos cuidan de maravilla.
Las vacaciones navideñas están para aprovecharlas. Y así fue. El día salió tapado (viernes 28 de diciembre), nada que ver con el día anterior. La ruta rodadora.
Para ir a burcar la Vía Verde Santander-Mediterráneo en dirección norte, se tiene que cruzar la ciudad. Salí, como de costumbre, de la plaza de los Alfareros (Burgos) para buscar el carril bici del río Arlanzón y después cruzar Fuentecillas y el polígono industrial de Villalonquéjar.
Una vez llegados al pueblo de Villarmero, se tiene que ir a buscar la antigua vía del tren. He de decir que este primer tramo de Vía Verde no está muy bien acondicionado. Pasa tambien en un tramo de Sotopalacios, pero el resto da gusto dar pedales.
Tramo de la Vía Verde no muy bien acondicionado
El tramo más bonito de la ruta es el que hay pocos quilómetros antes de llegar a Peñahorada. Transcurre entre peñascos excabados en la montaña y túneles que van cruzando las montañas.
Atravesando la montaña
Túnel antes de Peñahorada
Una vez llegué a la antigua estación de Peñahorada di media vuelta para regresar a Burgos. La sensación de velocidad vino en el regreso. El pequeño desnivel que hay en la Vía Verde ahora era favorable y la sensación fue de llegar a Sotopalacios en un santiamén.
Antigua estación de Peñahorada
Para evitar el tramo que no estaba muy bien de Villarmero, tomé un poco de asfalto hasta llegar al pueblo, para así ya volver a ir por la pista que cruza al polígono de Villalonquéjar y regresar al punto de inicio de la ruta.
Fue una ruta bonita pero hubiese sido mucho mejor con algo de compañía.
El 27 de diciembre salió un día espectacular en Burgos. Como no podía ser de otra manera, y más estando de vacaciones, tocó sacar a la burra a pasear.
Con un poco de frío
Saliendo de la plaza de los Alfareros (Burgos), y sin ganas de mancharse uno demasiado de barro, tomé la Vía Verde Santander-Mediterráneo hasta llegar a Los Ausines. Como no había prisa e iba solo, me lo tomé con calma y de esta manera poder ir contemplando el entorno, escuchando todos los ruidos que te rodean y sobretodo disfrutando de la btt.
Antigua estación de Los Ausines
Una vez llegué a la antigua estación de Los Ausines, tocó una breve sesión de fotos y de nuevo ponernos en marcha para hacer el camino inverso hasta volver a llegar a Burgos.
Nunca hemos podido realizar la Modumarcha que se realiza en el mes de
Septiembre. Es por esto, que los últimos años, una de nuestras rutas es hacer
la Modumarcha que se hizo el año anterior. La salida, eso sí, la empezamos y
acabamos en Burgos, enlazando nuestro inicio de Modumarcha en el punto más
cercano a la Vía Verde.
Vía Verde Santander-Mediterráneo
Camino de Modúbar
Caminos
Tuvimos un problema con el Garmin que hizo que tuviésemos que realizar la
ruta siguiendo las indicaciones del móvil. Al no llevar soporte para móvil, os
podéis imaginar que en cada cruce de caminos nos teníamos que parar para
consultar el trayecto correcto.
Aún así, la ruta nos pareció muy bonita e hizo que conociésemos algunos senderos
y caminos de la zona que aún no habíamos descubierto.
Mirando la ruta
Subida del túnel
Sendero del túnel
Sendero de San Vicente
El regreso a Burgos lo hicimos por el monte de la Abadesa que nos dejó en
la Vía Verde y ya hasta casa.
El año que viene tocará pedalear la Modumarcha ’18.
El día anterior no hicimos salida en btt y sí la hicimos a pata.
Recorrimos parte del Sendero del río Lobos (Soria) y visitamos también Burgo de
Osma. Os recomendamos las dos visitas.
La ruta que realizamos en btt el martes 28 de agosto fue más para filmar
recursos que para otra cosa. Ya veis que vamos colgando un vídeo por ruta y que
no siempre podemos estar pendientes de grabar. Es por eso que en esta ocasión
nos iríamos parando para cambiar la Gopro de bici, de situación para así tener
recursos a la hora de realizar la edición de las películas.
Más que explicar la ruta, simplemente deciros que la salida pasó por la Vía
Verde Santander-Mediterráneo, el sendero del túnel de Modúbar, los dos senderos
que rodean el monte de San Vicente, el parque eólico de Modúbar, el sendero que
hay por debajo de los molinos, el sendero de los Andasusos y por el parque
eólico de Carcedo.
Fue una salida más de hacer posados que otra cosa. Aun así lo pasamos en
grande como en todas nuestras rutas.
Como la ruta anterior, esta tampoco podía ser muy larga por compromisos familiares. Eso sí, el aperitivo lo haríamos sin la familia y el sitio escogido fue Sotopalacios y cómo no, un buen pincho de morcilla.
Salimos de la plaza de los Alfareros para cruzar Burgos por el río Vena hasta llegar a la zona del hospital, donde cruzamos el puente de las vías y subimos al páramo. El ascenso fue fluido y el tramo del páramo bastante alegre. Cuando tocó bajar nos lo tomamos con ganas, y en un plis plas nos plantamos en Celada de la Torre.
MEH (Museo de la Evolución Humana)
Páramo
Celada de la Torre
Ahora sólo nos quedaba encontrar el camino hacia Sotopalacios. Al ser pistas anchas, fuimos un paralelo charlando y dando caña a las piernas. La recompensa estaba a punto de llegar. El pincho de morcilla estaba en nuestra cabeza y al rato estuvo delante nuestro encima de un plato, hasta que lo hicimos desaparecer. ¡Qué ricura la morcilla de Burgos!
Con el gancho puesto
Pincho de Morcilla en Sotopalacios
El regreso a la ciudad lo hicimos poniendo rumbo a Sotragero, y si dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, nosotros entonces somos muy hombres, ya que siempre nos equivocamos en la misma zona y tenemos que atravesar campos de trigo ya segados.
Otra vez como cada año. No aprendemos.
Atravesando el campo de trigo
De Sotragero y por carretera llegamos a Villarmero. Para cruzar al polígono de Villalonquéjar se tiene que cruzar por la montaña, y el pique que tenemos siempre en la subida, quedó esta vez en tablas. El jovencito no pudo dejar atrás al veterano. Bajamos y cruzamos el polígono para después pasar por Fuentecillas y por el carril bici llegar hasta casa.
Ganador del esprint
Cruzando hacia Burgos
En verano ir a Sotopalacios un día lo hemos convertido en una tradición. Y poder degustar los manjares de la zona es siempre una delicia.
FECHA: 26/8/2018 DISTANCIA GPS: 39'57 km. DIFICULTAD: FÁCIL ÍNDICE IBP: 26 BYC
Un sábado de agosto significa para nosotros un día familiar en el pueblo. Por
eso la ruta no podía ser muy larga. Empezamos a dar pedales en la plaza de los
Alfareros para ir a buscar la Vía Verde Santander-Mediterráneo y no dejarla
hasta el sendero que hay antes del túnel de Modúbar. Este sendero que va justo
por encima de lo que sería el túnel es una maravilla, tanto si se hace de
subida, como hicimos nosotros en esta ocasión, como si se hace de bajada.
Sendero del túnel
Sendero del túnel
En la zona de arriba del túnel pasamos por el depósito de Modúbar y bajamos
rápido la pista que va a morir a la carretera. Un pequeño tramo de asfalto y
volvimos a tomar tierra pasando por debajo del monte de San Vicente, camino que
nos llevaría directamente a Modúbar de la Cuesta.
Depósito de Modúbar de la Emparedada
Pista que lleva a Modúbar de la Cuesta
Llegados al segundo Modúbar tocaba ir a buscar el tercero. Para ello
pusimos un ritmo más elevado, y en un momento nos plantamos en Modúbar de San
Cibrián. Queríamos ir a buscar unos caminos que fuesen por la zona de los
molinos, pero no cogimos el correcto y fuimos a parar de nuevo a Modúbar de la
Cuesta. Viendo que no conseguimos llegar a los molinos deseados, nos dirigimos
a buscar otros. Para ello tuvimos que subir una rampa, que en su tramo final pusimos pie a tierra. La escusa fue que la rueda de atrás resbalaba.
La realidad fue que las patas nos daban para más.
Camino equivocado
Final de la subida de Modúbar de la Cuesta al parque eólico
Una vez en el parque eólico, recorrimos la zona por sus pistas y decidimos
bajar a Modúbar de la Emparedada por el camino que nos llevaría al campo de
fútbol del pueblo. El camino de bajada lo realizamos bastante rápido.
Bajada hacia Modúbar de la Emparedada
Cruzamos todo el pueblo y dejamos la carretera para girar por el camino de
Isilla para así buscar la pista que sube hasta el túnel de la Vía Verde. Del
túnel a Burgos fue un paseo que lo hicimos en su tramo final como si nos fuese
la vida.
Saliendo del túnel de Modúbar
¡A full!
Ruta bonita y corta que en otra ocasión tendremos que volver a hacer para
ver si encontramos los caminos que esta vez no pudimos hacer.
¡Qué desastre de día! Fue nuestra primera ruta en la que nos desplazábamos
en coche. En el mes de julio nos apuntamos para realizar una de las pruebas del
Circuito Provincial de Burgos de BTT que se iba a celebrar en Villasur de
Herreros. La organización decidió suspender la prueba pero a nosotros quisimos
realizar el recorrido del año anterior.
Así que a las 8’15h con las bicicletas cargadas en el coche nos pusimos
rumbo a Villasur de Herreros. Al llegar a Ibeas de Juarros nos dimos cuenta que
nos habíamos dejado en casa las zapatillas de ciclismo. Tocó dar media vuelta e
ir a por ellas. La cosa empezaba con mal fario.
Una vez llegamos a Villasur, preparamos la bici, nos equipamos como Dios
manda y la cosa se volvió a torcer. El Garmin, con el track de la ruta, no
aparecía. Pensamos que nos lo habíamos dejado en casa. En fin, que tocó
improvisar y empezamos a recorrer caminos de la zona.
Parajes de Villasur de Herreros
Casi desde el inicio
empezamos a subir hasta que vino la primera bajada. El sendero era guapísimo
sino fuese porque cada vez era más estrecho y cada vez con más vegetación.
Llegó el momento de bajarse de la bici ya que el sendero desapareció.
Buscando el sendero entre la maleza
Seguimos buscando el maldito sendero
Sendero encontrado
Al fondo
se veía el embalse de Uzquiza. La vista era espectacular. Nos hicimos la
pregunta típica: ¿ahora qué coño hacemos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Bajamos o
volvemos por donde hemos venido? Pues bien, regresamos por donde habíamos
venido hasta llegar al coche.
Embalse de Uzquiza
Ni idea para dónde seguir
Avituallamiento
Una vez cargadas las bicis en el coche, misteriosamente apareció el
navegador. Resulta que se había caído sin darnos cuenta. Decidimos, ya que
estábamos en Villasur, acercarnos en coche para visitar el embalse de Uzquiza y
hacer unas fotos.
Embalse de Uzquiza
Embalse de Uzquiza
Eso sí, la mañana la acabamos como estaba programada, comiendo un buen
almuerzo en el bar Ávila, que saben cómo cuidarnos. A Villasur de Herreros
volveremos el próximo verano para correr la prueba o simplemente para disfrutar
de sus parajes.
¡Qué rabia! Si en la ruta del día anterior nos quedamos en nada para
realizar 50 kilómetros, en ésta nos faltó menos para poder hacer los 60. Pero
las rutas salen como salen.
A los 8’15h. nos pusimos en ruta desde la plaza de
los Alfareros. Por el carril bici cruzamos Fuentecillas y el polígono
industrial de Villalonquéjar. Llegamos a Villarmero y por un tramo de carretera
dejamos atrás Sotragero para ya circular por pistas y caminos que nos llevarían
a Ubierna. Aquí aprovechamos para llenar bidones.
Camino a Ubierna
Ubierna
El siguiente tramo fue un sube y baja constante con una subida final que
nos llevó al parque eólico de Las Viñas. Tuvimos suerte que no hiciese casi
viento.
Con los gigantes al fondo
Gigantes o Molinos
Parque eólico de Las Viñas
Una de las bajadas nos dejó en el pueblo de Arroyal y una vez pasado el
municipio subimos una rampa en la que en su tramo final tuvimos que poner pie a
tierra. Las piernas no daban para más.
¡Pie a tierra!
Llaneando de nuevo y con algún sube y baja, llegamos al bosque que baja a
Villalonquéjar. El tramo final de la ruta ya lo hicimos por el carril bici
hasta llegar a casa.
Carril bici de Burgos
Descubrimos de nuevo zonas y caminos desconocidos por nosotros. Al día
siguiente tocaba descanso. La ruta siguiente que íbamos a realizar sería por la
zona de Villasur de Herreros y las patas tenían que estar descansadas.