viernes, 29 de noviembre de 2013

RUTA EN LA QUE CONOCIMOS A ÁLVARO

El lunes 12 de agosto, amaneció nublado. En esta nueva ruta nos aventuramos Andrea, Dani, Miguel, Àlex y yo. De la plaza de los Alfareros salimos dirección al bulevar, para llegar a la Fuente del Prior y cruzar el río Arlanzón con la intención de ir a buscar el Camino de Santiago, que va paralelo a la carretera de Logroño. Nos damos cuenta que la rueda delantera de mi btt está un poco floja, y decidimos parar en una de las gasolineras de la carretera. Al llegar a la gasolinera y sin bajarnos de la bici, vemos que una gran furgoneta se dirige de frente hacia nosotros. El conductor y yo nos señalamos con el dedo, y sí, después de ver un montón de fotografías en el blog, reconozco a Álvaro y él me reconoce a mi. Estamos un rato charlando, pero el trabajo le espera. En ese momento, y en otros muchos ya vividos, te das cuenta que el mundo es un pañuelo, y de cómo dos personas que no se conocen de nada, gracias a una misma afición (doble afición: la btt y explicar sus rutas), y gracias a las nuevas tecnologías, han llegado a conocerse.
Una vez que ya nos hemos despedido de Álvaro y las ruedas de todos las tenemos en condiciones, nos ponemos a dar pedales de nuevo. Vamos, como ya he dicho antes, por el Camino de Santiago, dirección Ibeas de Juarros. En los campos que hay antes de llegar al pueblo, giramos hacia la izquierda, por un sendero, donde cada vez se ve menos el camino y la subida se hace cada vez más inclinada. En este punto, vemos un corzo en el trigal de al lado. Somos todos los que al final de la subida hemos de tirar de la btt, porque lo que era camino, en este punto ya no lo es. Suerte que la rampa acababa en un camino de montaña, y lo tomamos hacia la derecha, dirección Ibeas. Vamos rodeando el bosque, hasta llegar a un empalme, que suponemos que viene del pueblo, y nos proponemos hacer la ascensión a la colina. Hay tramos en que el piso está mal a causa de la erosión del agua. Si a esto le sumamos su inclinación, vemos que tenemos superpiperos que lo hacen con mas facilidad que otros. Los que vamos por delante hacemos una parada para esperar al resto. Oímos ruidos entre la maleza, y de repente nos sales dos corzos la mar de majos que pasan a escasos metros nuestros. ¡Qué bonito es poder observar a los animales en plena naturaleza!
Una vez agrupados, el camino se hace más suave, la cual cosa nos permite ir todos juntos por una zona boscosa y de caminos estrechos. En un cruce decidimos girar hacia la izquierda. Los chavales , en este tramo llano, se lo pasan pipa, ya que sólo cabe la bici en el sendero. Al poco rato se nos abre de repente el camino, dando la sensación de que hace tiempo en esta zona estaban de obras. Parece que en el terreno que nos queda debajo, vaya a construirse un polígono industrial, pegado a la autopista.
En este punto optamos por bajar por una pista ancha con la intención de cruzar el puente de la autopista. La bajada es como la subida, tenemos aquellos que se lanzan y a los que se frenan, pero lo importante es llegar sin rasguños. Una vez en el puente, hacemos unas fotos, y es que a lo lejos, creemos que por la zona de los Modúbares, está cayendo una buena tromba de agua. Aquí, les digo a los chicos que no tenemos que parar hasta llegar a casa, no sea que nos pille la lluvia, ya que no llevamos chubasqueros.
La intención es ir a buscar de nuevo el Camino de Santiago, pasando por detrás de unas naves industriales y cerca de una perrera. Al llegar al Camino, damos pedales con ritmo bueno, hasta el punto donde cruzamos la carretera para ir a buscar el río. Cuando nos encontramos con el Arlanzón, no lo cruzamos, para ir por los caminos que van paralelos, ya que nunca hemos ido por esta parte del río. ¡Qué gozada es ver a los críos pasárselo bien! Cruzamos el río por el puente que hay en la Fuente del Prior para coger ya el carril bici que nos lleva hasta casa. Pero aun nos faltaba una sorpresa de la naturaleza, y es que poco antes de llegar a Las Veguillas, localizamos una ardilla y la observamos un rato hasta que la perdemos de vista. Ciervos, ardillas, conejos, zorros, la fauna que nos rodea la podemos observar practicando este fabuloso deporte que nos acerca a una naturaleza viva, y que podéis entender que con chicos la vivencia se multiplica por mil.
Una vez cruzamos Burgos, llegamos a casa después de pedalear 29 Km. Y mañana más. 

2 comentarios:

  1. Felicitaros, el blog le estas subiendo de nivel, dia a dia le noto muchas mejoras, espero que este verano tenga la sorpresa de encontrarnos en los caminos haciendo rutas. Saludos.

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    1. Muchas gracias Fernando por tu comentario. Poco a poco se ha de ir a más. No hace falta esperar a verano, ya que estas Navidades estaremos dando pedales los días que el tiempo nos lo permita, que ganas tenemos y muchas.
      Un saludo superpipero.

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